Stanley es un dulce perro que fue adoptado por Sam Clarence de un rescate de raza matón en Christchurch, Nueva Zelanda. Fue encontrado viviendo en una propiedad abandonada con su madre y sus hermanos.
Sam conoció al terriblemente tímido Stanley por primera vez cuando se ofreció como paseador de perros en un refugio cercano. Le propusieron cuidar al perro durante unas semanas, así que lo llevó a casa. Sin embargo, tan pronto como Clarence vio a Stanley, supo que el perro iba a ser un “fracaso de acogida”.
Cuando llegó por primera vez, el perro estaba asustado, tímido y asustadizo, y era comprensible: había tenido una vida difícil en el pasado. Pero ahora, Stanley siempre está cerca de su padre y se niega a soltarle la mano. Ama mucho a su humano.
“Estaba aterrorizado cuando llegamos a casa y le tomó una hora salir lentamente del auto”, dijo Clarence. “Una vez que salió, le di un gran baño, algo de comida y una cama cómoda frente al fuego”.
Finalmente, Stanley salió de su caparazón y se convirtió en un compañero dulce y leal. Aunque Stanley ahora es un perro mayor, eso no puede superar el amor especial que siente por su padre. A Stanley todavía le encanta tomar las manos de Sam todo el tiempo, jugar, mirar televisión o incluso dormir.
¡Su cariño por su papá es lo más dulce que hemos visto hoy! ¡Comparte la historia de este dulce cachorro con tus seres queridos!
Fuente: pawsplanet.me