En abril, Katie Snyder trasladó temporalmente a su perra Leia a la casa de su padre.
Leia aprecia no tener que lidiar con sus dos hermanos caninos y tener a los padres de Snyder para ella sola. Pero nunca lo adivinarías basándote en sus acciones.
“Leia no es el típico perro que abraza”, explicó Snyder a The Dodo. “Es increíblemente autosuficiente y relajada”.
“Leia ama a toda su gente a su manera especial”, continuó diciendo. “Ya sea acostado a tu lado durante la noche de cine o esperando afuera de la puerta del baño a que termines”.
Snyder se dio cuenta de que Leia se lo estaba pasando bien, pero no tenía idea de lo cerca que se había vuelto el perro de su padre hasta que su vínculo se puso a prueba.
Los padres de Snyder acababan de regresar de celebrar su 40 aniversario de bodas cuando el cáncer de su padre regresó. La madre de Snyder no pudo acompañarlo al hospital debido al COVID-19.
La madre de Snyder llegó sola a casa y estaba claro que ella no era la única que estaba angustiada. Leia esperó a que su padre regresara a casa, con la cabeza gacha, en la puerta principal.
La madre de Snyder tomó una foto del perro afligido y se la envió a su hija, diciendo: “Cuando me dio la imagen, instantáneamente rompí a llorar”. “Me destruyó por completo”, admitió Snyder. “Me di cuenta de cuánto amaba [Leia] sinceramente a mi padre y cuánto lo extrañaba”.
Snyder y Leia se llenaron de alegría cuando el padre de Snyder regresó a casa al día siguiente.
Después de presenciar cuánto afectó a su perro la ausencia de su padre, Snyder decidió hacer permanente la situación de vida de Leia.
“Ella es la verdadera definición de un perro cuando se trata de lealtad”, dijo Snyder. “Él ahora es su humano”.
“Mi madre se ha acostumbrado a que otra mujer le bese en la cara”, continuó explicando.