Se llamó a los arqueólogos cuando un trabajador se topó con una serie de artefactos extraños en África, lo que llevó a lo que podría ser uno de los naufragios más importantes jamás encontrados.
Hace más de un siglo, un cazador de tesoros alemán encontró un diamante en el desierto de Namibia, en una zona que llegó a ser conocida como Sperrgebiet o “territorio prohibido”. De Beers –una empresa internacional que se especializa en la caza minera– y el gobierno de Namibia tomaron el control del área en lo que se convirtió en una famosa zona prohibida cerca de la desembocadura del río Orange.
Pero un trabajador descubrió algo mucho más valioso que los diamantes durante su turno, descubriendo un tesoro que había estado desaparecido durante casi medio milenio.
Sin saber qué hacían allí las piezas de metal, madera y tuberías, llamó a los arqueólogos.
Dieter Noli recuerda haber inspeccionado la escena por primera vez y haber visto un mosquete de 500 años de antigüedad y colmillos de elefante.
Dijo en 2016: “Parecía una playa perturbada, pero sobre ella había pedazos.
“Pensé: ‘Oh, no, no, esto definitivamente es un naufragio’”.
Después de excavar la zona, los arqueólogos descubrieron lo que creen que podría ser uno de los naufragios más importantes jamás encontrados.
Aunque no pueden probarlo de manera inequívoca, la evidencia sugiere que el barco es The Bom Jesυs (El Buen Jesús), un barco portugués en camino a la India que nunca llegó más allá del Atlántico Sur.
Cargado con miles de monedas de oro puro en perfecto estado procedentes de España y Portugal, los historiadores fecharon el barco entre 1525 y 1538.
La carga del barco, incluido un cofre lleno de monedas, coincide con la del Bom Jesυs, como se detalla en un raro libro del siglo XVI ‘Memorias Das Armadas’, que enumera el barco como perdido.
Noli añadió: “Nos dimos cuenta de que el barco entró, chocó contra una roca y se inclinó.
“La superestructura empezó a romperse y el cofre con las monedas estaba en el camarote del capitán, se soltó y cayó intacto al fondo del mar.
“Al romper υp, una parte muy pesada del costado del barco cayó sobre ese cofre y dobló algunas de las monedas.
“Se puede ver la fuerza con la que se golpeó el cofre, pero también lo protegió”.
Entre el botín de oro, estaño y marfil se encontraban también 44.000 libras de lingotes de cobre que, según el arqueólogo marino Brυno Werz, podrían haber sido clave para la conservación del barco.
Dijo: “Los restos de madera normalmente habrían sido comidos por organismos.
“Pero el veneno habría protegido parte de esos materiales”.
La seguridad de la mina de diamantes protege ahora los restos del naufragio. La madera, los mosquetes, las balas de cañón y las espadas se mantienen húmedos, como lo han estado durante cientos de años. Al igual que la zona secreta en la que fue descubierto, la mayoría de ellos encuentran restos fuera del ojo público.