Los arqueólogos que excavaban el sitio de un desarrollo integral de viviendas y espacios verdes en Winkelsteeg de Nijmegen, una de las ciudades más antiguas de los Países Bajos, han descubierto un magnífico cuenco romano de vidrio azul en impecables condiciones.
El recipiente de vidrio tiene al menos 2000 años y no tiene ni una sola astilla ni grieta.
“Esto es realmente especial”, afirma el arqueólogo Pepijn van de Geer, que dirigió la excavación.
En su declaración, el arqueólogo afirmó que el cuenco era de producción romana, que pudo proceder de grandes lugares como Xanten o Colonia en Alemania, y que allí había talleres de vidrio en aquella época. Sin embargo, también mencionó la posibilidad de que se haya fabricado en Italia.
“Estos platos se hacían dejando que el vidrio fundido se enfriara y endureciera sobre un molde. El patrón de rayas se dibujó cuando la mezcla de vidrio aún estaba líquida. El óxido metálico provoca un color azul”.
“Este cuenco fue una vez una obra maestra para los primeros residentes de Nijmegen. Pepijn van de Geer cree que es una obra maestra que merece ser expuesta en un museo. “He visto cristalería similar en museos italianos”.
El nombre Nijmegen proviene de “Noviomagus”, que significa “nuevo mercado”. Nimega está situada a orillas del Waal, un afluente del Rin en la zona de los “Grandes Ríos”, y está a sólo 10 kilómetros de la frontera con Alemania.
Nimega fue fundada como un campamento militar romano en el siglo I a.C., y junto a ella se formó un asentamiento civil de los pueblos locales bátavos. En el año 98, el asentamiento de Nimega fue la primera ciudad de lo que hoy son los Países Bajos en recibir la designación de municipium (derechos de ciudad romana), lo que convertía a sus residentes en ciudadanos romanos.
La excavación de Winkelsteeg también ha descubierto tumbas de asentamientos romanos, así como algunos ajuares funerarios, como numerosas vasijas, copas y joyas. Los restos de viviendas son pocos, en su mayoría rastros de construcciones de madera, pero los arqueólogos están registrando los residuos y la decoloración del suelo para crear un mapa de las estructuras del vecindario.