El cachorro discapacitado soportó las burlas implacables de los niños y huyó asustado. Tenía la cara manchada de sangre y sus oídos gravemente dañados.
Los niños apuntaron a sus patas delanteras, dejándola incapaz de mantenerse en pie. Inmediatamente la llevamos al veterinario después de alimentarla y bañarla. Ver a la niña tumbada allí obedientemente me rompió el corazón.
Me pregunté qué le había pasado. Su barriga anormalmente grande generó preocupación, por lo que necesitaba una ecografía. Miró a su alrededor, aparentemente preguntándose por qué le afeitaron el cabello. Sufría problemas hepáticos, enteritis y una intoxicación grave por lombrices. Había numerosos problemas para un cachorro tan joven.
¿Qué le dio a este cachorro la fuerza para soportar todo esto? Estábamos decididos a salvarla, pasara lo que pasara. Además, tenía raquitismo, lo que hacía que sus piernas se doblaran y debilitara su sistema inmunológico y sus órganos internos. Corríamos contra el tiempo, ya que su vida estaba en peligro.
Me preocupé porque ella no podía dormir ese día. Ella simplemente yacía allí con los ojos tristes y vacíos. Por la mañana, estaba tan cansada que poco a poco se fue quedando dormida. Mis lágrimas seguían cayendo y traté de no hacer ningún sonido, temiendo que ella despertara y escuchara mi llanto. Después de tres semanas, logramos controlar la salud de Rada.
Podríamos brindarle una nueva vida, la vida que se merecía. Estaba siendo medida para un trabajo ortopédico, que ayudaría a enderezarla y prevenir la aparición de higroma mediante nutrición, suplementos y masajes. Creíamos que era posible curar a Rada.
Rada pensó que todos estaban en su contra. Este proceso podía llevar mucho tiempo y requería paciencia. Pero creo que Rada puede hacerlo. Con el paso del tiempo, Rada creció y llegó un día importante. El doctor dijo que todo iba muy bien.
Sólo necesita practicar más y estará bien. La trasladamos al centro de rehabilitación e iniciamos el proceso. Ella sigue adelante y nunca se rinde. Cuando pensamos en retrospectiva, fue sólo el amor lo que nos proporcionó la motivación para llegar tan lejos.
Ese largo viaje fue increíblemente difícil y se derramaron lágrimas. Pero nos secamos las lágrimas y seguimos adelante, y no todo fue en vano: lo logramos. Rada pudo caminar. Ella estaba mejorando día a día y eso nos alegró muchísimo. Después de dos largos años, aquí están nuestros resultados: Rada es completamente normal. Se ha embarcado en una vida canina normal al lado de las personas que ama.
El viaje de cambio del cachorro discapacitado resalta el potencial de crecimiento y felicidad, incluso frente a la adversidad. Sirve como recordatorio de que con amor, paciencia y el cuidado adecuado, los animales pueden superar los desafíos y vivir una vida plena.
En general, espero que historias como esta puedan inspirar bondad, empatía y aceptación, fomentando una sociedad donde todos los animales e individuos, independientemente de sus habilidades, sean valorados y tratados con respeto y compasión.
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